Matias Mauricio
Una letra que no dispara imágenes colectivas no sirve

Por Matías Mauricio
Fotografía: Javier Pacheco
Publicado en revista Tinta Roja. 22/12/2004

La producción en tango de la última década y media ha dado y sigue dando grandes creadores. Frank Schmitt (letrista) es parte de la troupe, es decir, de los que andan en el misterio, llamado a ser una de las insoslayables voces poéticas del género ciudadano.

Segundos afuera

“A mi juego me llamaron” dije al recibir un mensaje de Tinta Roja con la propuesta de abordar la letrística contemporánea. Seguido a esto vino una antigua deuda: entrevistar a Frank Schmitt.
Me veo en Lanús, caminando con Javier Arias (Misteriosa Buenos Aires) rumbeando hacia la calle Udaondo en busca de la casa alquilada de los hermanos Tripa y Emiliano Bonfligio. Me veo también, nadando en un mar de asado y vino tinto y como telón sonoro la pre mezcla de «Muchacha en Guerra»; y fue ahí, –en los espasmos de la escucha– que se me dio eso que algunos llaman “lo nuevo”.
Pasados dos años, estando en la Milonga Orsai le pregunté a Fulvio Giraudo por el paradero de Frank Schmitt, y me largué a la cacería.
A partir de ahora, el asombro, la admiración…

1° Round

Lo llamo el martes, quedamos para vernos al día siguiente, lugar: bar “La Giralda”. Llega, cruzamos un abrazo, se pide un Oporto, no puedo empardarlo, tres días antes me mordió un perro y ando con la antirrábica al hombro.

El convite gira en reflexiones sobre la escena del tango actual, las búsquedas personales, los poetas y músicos admirados, alguna visitación de Alemania, su país natal. Pero me hechiza cuando habla de la vida itinerante que llevaba cuando niño junto a sus viejos, y entre otras cartas limpias baraja la idea de encarar la “entrevista” de forma escrita: –asegurándome de poder darte la densidad que anhelo «me dice». Te lo pido además porque el castellano no es mi lengua madre y fuera o no fuera espontáneo me gusta pensar las cosas tres veces antes de abrir la boca.
Abandonamos el bar. Le propongo ir hasta casa y buscar una Tinta Roja.

2° Round

Ni bien dejamos “La Giralda”, Frank dice: –Se lo llevaron… En su mirada entiendo que donde antes estaba su auto, ahora hay un papel anunciando “Pellegrini y Sarmiento”, el aguantadero de los autos levantados en las calles porteñas. Con la bronca astillando entre los dientes se paga la multa y nos vamos para casa. Los discos de Chacho Muller, Jacha Marka, Luna-Tobaldi y las lecturas de Bustriazo Ortiz y Francisco Madariaga revierten el panorama.
Entrada la madrugada, el abrazo de la despedida y la promesa de volver a encontrarnos, de enviarle las preguntas

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